Algunos niños cuando no consiguen arrebatar a otro niño el juguete u objeto que desean para ellos, muerden. De esa manera dejan escapar su frustación.
Como un niño cegado por sus impulsos se comportó Luis Suárez, jugador estrella de la selección uruguaya, cuando atacó a mordiscos al italiano Chiellini, olvidándose que las 35 cámaras de televisión que rodean el campo de juego, estaban filmando su agresión
"Por
lo que vi en el video, Suárez desquitó su frustración y su enojo en
Chiellini porque le bloqueó el acceso a la pelota mordiéndolo de forma
reactiva e impulsiva", dijo Eva Kimonis, profesora de la Escuela de
Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
"Es
probable que no haya pensado en la gravedad de las consecuencias de sus
actos, dada su historia violenta en el deporte, hasta que ya fue
demasiado tarde", agregó.
Para los especialistas en problemas de conducta esto viene de lejos -no olvidemos que Suárez ha sido sancionado en dos ocasiones anteriores y por lo mismo. "Podría ser una manifestación de mal comportamiento, de largo plazo, aprendido a partir de los vínculos afectivos y las relaciones con el entorno, desde la niñez."
¿Qué se recomienda? Tratamiento siquiátrico que incluirá medicamentos y sicoterapia, seguramente.
Ahora bien, si el paciente mordelón está rodeado- como en el caso de Suárez- de compañeros de equipo, entrenadores, hinchas que justifican su mal comportamiento, es muy probable que nunca se corrija y vaya por el mundo mordiendo, cada vez que se ofusca, que se frustra y desespera.
Suárez ha sido castigado duramente por la FIFA y quiera o no cumplirá el castigo, porque lo merece, porque necesita reeducarse emocionalmente, porque no podemos ir por la vida atropellando a los demás, a causa de nuestro descontrol.
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