A mediados de este mes leíamos en algunos diarios: "Diaconisas en la iglesia católica" "El Papa Francisco de acuerdo con diaconisas" "Iglesia católica ordenaría sacerdotisas".
Ni bien acabábamos de decir "Por fin" cuando los medios difundían un desmentido desde la radio del Vaticano: “Uno tiene que ser honesto. El Papa no dijo que tuviera alguna intención de introducir la ordenación de diáconos mujeres, mucho menos la ordenación sacerdotal”, expresaba Federico Lombardi, el vocero papal.
¿Qué había pasado? ¿Cuándo ocurrió todo esto? Fue en la Asamblea
Plenaria de las Superioras Generales (UISG) realizada en el mismo Vaticano. Durante esta reunión, en la que se intercambiaron preguntas y respuestas, le preguntaron al Papa por qué la Iglesia excluye a las mujeres de servir como diáconos. Las religiosas explicaron al Pontífice que las mujeres servían como diaconisas en la Iglesia primitiva y le preguntaron: “¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?” El Papa respondió: “Creo que sí. Sería por el bien de la Iglesia clarificar este punto. Estoy de acuerdo. Hablaré para hacer algo por el estilo”. “Acepto”, dijo el Papa . “Me parece útil tener una comisión que lo aclare bien”. Y aunque continuó con una serie de disgregaciones no avanzó más.
En resumen todo sigue igual: las monjitas se quedan donde están. No se les concede la facultad de oficiar bautizos, matrimonios ni funerales. Actos que pueden realizar los diáconos. Menos pueden confesar, celebrar misas ni ungir a los enfermos.
Ni bien acabábamos de decir "Por fin" cuando los medios difundían un desmentido desde la radio del Vaticano: “Uno tiene que ser honesto. El Papa no dijo que tuviera alguna intención de introducir la ordenación de diáconos mujeres, mucho menos la ordenación sacerdotal”, expresaba Federico Lombardi, el vocero papal.
Plenaria de las Superioras Generales (UISG) realizada en el mismo Vaticano. Durante esta reunión, en la que se intercambiaron preguntas y respuestas, le preguntaron al Papa por qué la Iglesia excluye a las mujeres de servir como diáconos. Las religiosas explicaron al Pontífice que las mujeres servían como diaconisas en la Iglesia primitiva y le preguntaron: “¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?” El Papa respondió: “Creo que sí. Sería por el bien de la Iglesia clarificar este punto. Estoy de acuerdo. Hablaré para hacer algo por el estilo”. “Acepto”, dijo el Papa . “Me parece útil tener una comisión que lo aclare bien”. Y aunque continuó con una serie de disgregaciones no avanzó más.
En resumen todo sigue igual: las monjitas se quedan donde están. No se les concede la facultad de oficiar bautizos, matrimonios ni funerales. Actos que pueden realizar los diáconos. Menos pueden confesar, celebrar misas ni ungir a los enfermos.
¿Hasta cuándo esperarán las religiosas? Diaconisas ya ha tenido la iglesia y San Pablo lo expresa en Romanos 16, 1-2 cuando dice: "Os recomiendo además a nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que
la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis
en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a
muchos, y a mí mismo."
¿Qué falta para dar el paso hacia la igualdad? De repente, que las mismas religiosas lo quieran, lo exijan y lo manifiesten decididas haciendo eco al pedido de Santa Teresa de Jesús, formulado hace 500 años: “Señor, no aborrecisteis a las mujeres cuando andabais por el mundo;
antes al contrario las favorecisteis siempre y hallasteis en ellas tanto
amor y más fe que en los hombres… ¿No basta Señor que nos tiene el
mundo acorraladas, que no hagamos cosa que valga nada en público, ni
osemos hablar algunas verdades que lloramos en secreto? No lo creo yo
Señor de vuestra bondad y justicia” ( en "Obra completa" p. 543).
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autorización previa está prohibida.al pedir la revisión del papel de la mujer en la institución,
que "en la historia de la Iglesia hubo diaconisas y, por lo tanto, podemos pensar en esa posibilid "Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la iglesia de
Cencreas. Recibidla en el Señor de una manera digna de los santos, y
asistidla en cualquier cosa que necesite de vosotros, pues ella ha sido
protectora de muchos, incluso de mí mismo". (Romanos 16, 1-2)Con su histórica decisión, Francisco acerca a la Iglesia católica a las otras confesiones cristianas,
como la anglicana o la protestante, que en este tema van muy por
delante de la Iglesia romana. Tanto en la anglicana como en muchas
iglesias evangélicas, la mujer, después de ser admitida al diaconado, ha
ido escalando los dos siguientes peldaños del altar y hoy muchas
mujeres ejercen como sacerdotisas y como obispas.
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