Un maestro, una maestra no sólo instruye.
No sólo acompaña al alumno en la adquisición de conocimientos. El maestro verdadero no deja de estudiar y de aprender.
El maestro está siempre evaluando su trabajo, buscando las formas más sencillas y eficaces para llegar al alumno, para ayudarle a aprender.
El maestro y la maestra está siempre leyendo, actualizándose, buscando formas novedosas para despertar el interés de sus pupilos.
Un maestro, una maestra, educa con su lenguaje, con su actitud, con su ejemplo.
¡Dios bendiga a los maestros y maestras del Perú!
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