jueves, 16 de febrero de 2017

Qué pena, Alejandro.

Es curioso como la podredumbre 
se adelanta a veces al cadáver.
 Soportad  vuestro  olor,
 mostradlo  si queréis,
 poquito a poco. 
Pero no habléis.
Washington Delgado   en Los pensamientos puros.

"Debemos recordar con pena que Alejandro Toledo fue la esperanza de un país que salía del letargo que causa un gobierno autoritario y que descubría los inmensos niveles de corrupción ocultos por años. El fujimorismo odia a Toledo porque fue su gobierno el que, desde el pedestal de moralidad, lo arrojó al abismo político y lo hizo trizas.
Ese odio hoy se vuelve júbilo cuando se descubre lo que estaba cantado desde que se investiga el caso Ecoteva  desde el 2013: Toledo es un Presidente corrupto. Se vendió por 20 millones de dólares. Migajas en comparación con la integridad de un ser humano. Al igual que Fujimori –que, para comparar un solo delito, le “regaló 15 millones de dólares” a su ex amigo Montesinos– ambos podrían compartir las instalaciones de la Diroes, nuestra original “Cárcel para Presidentes”. En realidad, nada hay que celebrar, salvo el valor purificador de la verdad y la justicia." Rosa María Palacios en "Para mí, son 20 millones" , 5 de debrero del 2017.

" Toledo es la clarísima demostración de que vivimos rodeados de ídolos de barro. Porque del ladrón, del dictador, del pendenciero uno espera de todo pero cuando se trata de personas en quienes reposó nuestra ilusión, por más pequeña que haya sido, duele más". Patricia Montero en "Idolos de barro" 5 de febrero.

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