"La autoridad del profesor no debería basarse en el hecho de saber más que el alumno - lo cual no será válido, pues el alumno del futuro, en varios aspectos, sabrá más que su profesor-. Más bien, la autoridad del maestro se debería basar en su capacidad de ser orientador, consejero y promotor de la investigación que cada alumno haga individual o grupalmente, para encontrar su propia respuesta a sus interrogantes, ayudados por la tecnología de la información". Se trata de aprender a aprender, orientado hacia el autoaprendizaje y hacia la capacidad de elegir. Esto requiere más de un profesor "aprendiz" que de un profesor "sabelotodo".
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