"Los colegios deberán dedicar menos tiempo a las actividades meramente "intelectuales", para abrir más espacios que promuevan la convivencia armónica de los profesores y de los alumnos, les permitan descargar sus tensiones y buscarle sentido a la vida y al mundo.
Eso quiere decir, cumplir los roles de un centro de actividad cultural, recreativa, artística y espiritual que, además de los profesores, requieran del apoyo y orientación de sicólogos, especialistas en recreación, también de guías espirituales. Así (juntos: maestros, sicólogos y guías) podrán ofrecer los espacios de catarsis, crecimiento y terapia que les permitirá ( a los alumnos) sostenerse frente a las enormes tensiones y desafíos del mundo moderno"
En "Educación para el tercer milenio"
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