Ayer, 28 de agosto, se cumplieron 85 años desde que la ciudad heroica de Tacna fuera
devuelta al Perú tras permanecer, por casi 50 años, bajo el
dominio de Chile, luego de librarse la batalla del Alto de la Alianza.
Los festejos se iniciaron con la tradicional "Procesión de la Bandera", declarada Patrimonio de la Nación por el Instituto Nacional
de Cultura, porque representa la más importante demostración patriótica
en el Perú.
La Procesión a la bandera se realiza en recuerdo a lo acontecido el 28 de julio de 1901, cuendo en plena época de cautiverio, la Sociedad de Auxilios Mutuos “El Porvenir” de Tacna,
solicita a las autoridades chilenas conmemorar el día del Perú,
bendiciendo un estandarte de seda bordado con oro.
El permiso fue en un principio denegado pero ante la insistencia de los asociados, el militar encargado lo cedió: "Tienen el permiso que solicitan, pero con la condición de que me garanticen, bajo responsabilidad personal, que al conducir la bandera por las calles, el pueblo peruano no hará manifestación alguna de carácter patriótico…”.
El poeta Federico Barreto Bustíos, testigo presencial, relata así lo que aconteció:
El permiso fue en un principio denegado pero ante la insistencia de los asociados, el militar encargado lo cedió: "Tienen el permiso que solicitan, pero con la condición de que me garanticen, bajo responsabilidad personal, que al conducir la bandera por las calles, el pueblo peruano no hará manifestación alguna de carácter patriótico…”.
El poeta Federico Barreto Bustíos, testigo presencial, relata así lo que aconteció:
"La mañana del 28 de julio de 1901, en el templo San Ramón, toda la
población peruana se da cita para presenciar la bendición de la bandera,
el párroco Alejandro Manrique oficia la misa y en el sermón exhorta a
la población a mantener firme su amor a Dios y al Perú.
Al
término de la homilía, la multitud se retira de la iglesia para ubicarse
en las calles aledañas, y en la puerta principal del templo aparece
imponente el estandarte bicolor. Entonces ocurrió lo excepcional: las miles de personas
al ver la bandera caen de rodillas y conmovidas extienden sus brazos
hacia el pendón rojo y blanco. En total mutismo, los tacneños mantuvieron
el compromiso tomado ( sin vítores ni aplausos).
De esa forma, el estandarte se abre paso entre el gentío, recorre las calles de la ciudad y es acompañada, casi con devoción divina, por la población vestida de negro y con lágrimas en los ojos. No se oye exclamación alguna, el recorrido fue similar a una procesión religiosa."
De esa forma, el estandarte se abre paso entre el gentío, recorre las calles de la ciudad y es acompañada, casi con devoción divina, por la población vestida de negro y con lágrimas en los ojos. No se oye exclamación alguna, el recorrido fue similar a una procesión religiosa."
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