"La quiero a morir" es una canción con una letra hermosísima.
La compuso un francés: Francis Cabrel. La grabó, en francés y en castellano. Fue éxito.
Nunca dijo quién fue la inspiradora pero, de hecho, tuvo que ser una mujer muy, pero muy especial.
Canción tan hermosa ha sido cantada por grandes de la música: Raphael, Camilo Sesto, Sergio Dalma, Shakira. Aquí va la letra y la interpretación que hacen en dúo Alejandro Sanz y Jarabe de palo, que me parece buenísima.
Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor.
¡La quiero a morir!
Podéis destrozar todo aquello que veis,
porque ella de un soplo lo vuelve a crear,
como si nada, como si nada.
¡La quiero a morir!
Ella borra las horas de cada reloj
y me enseña a pintar transparente el dolor,
con su sonrisa.
Levanta una torre desde el cielo hasta aquí.
Y me cose unas alas y me ayuda a subir,
a toda prisa, a toda prisa.
¡La quiero a morir1
Conoce bien cada guerra, cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra de la vida y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir
en un bosque de lápiz se apodera de mí.
¡La quiero a morir!
Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás,
como un hilo de seda que no puedo soltar,
no puedo soltar, no quiero soltar.
¡La quiero a morir!
Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar,
dos espejos de agua, encerrada en cristal.
¡La quiero a morir!
Sólo puedo sentarme, sólo puedo charlar,
sólo puedo enredarme, sólo puedo aceptar
ser sólo suyo, tan sólo suyo.
¡La quiero a morir!
Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también (BIS)
Y yo que hasta ayer sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor.
¡La quiero a morir!
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor.
¡La quiero a morir!
Podéis destrozar todo aquello que veis,
porque ella de un soplo lo vuelve a crear,
como si nada, como si nada.
¡La quiero a morir!
Ella borra las horas de cada reloj
y me enseña a pintar transparente el dolor,
con su sonrisa.
Levanta una torre desde el cielo hasta aquí.
Y me cose unas alas y me ayuda a subir,
a toda prisa, a toda prisa.
¡La quiero a morir1
Conoce bien cada guerra, cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra de la vida y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir
en un bosque de lápiz se apodera de mí.
¡La quiero a morir!
Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás,
como un hilo de seda que no puedo soltar,
no puedo soltar, no quiero soltar.
¡La quiero a morir!
Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar,
dos espejos de agua, encerrada en cristal.
¡La quiero a morir!
Sólo puedo sentarme, sólo puedo charlar,
sólo puedo enredarme, sólo puedo aceptar
ser sólo suyo, tan sólo suyo.
¡La quiero a morir!
Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también (BIS)
Y yo que hasta ayer sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor.
¡La quiero a morir!
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