lunes, 21 de noviembre de 2011

Sobre" La primera dama." (2)




Nadine es encantadora, es más peruana que el pisco y siempre ha tenido aspiraciones políticas. Por eso se presenta como fundadora del Partido Nacionalista, por eso se ha esmerado en posicionar el concepto de pareja presidencial, por eso está tan interesada en que a su Ollanta le vaya bien, porque sabe que esa será la mejor carta de presentación para una eventual candidatura suya, como lo fue el gobierno de Néstor Kirchner para la candidatura de Cristina, o el de Bill Clinton para la fallida postulación de Hillary.

La pregunta es: ¿Y eso está mal? No necesariamente. La señora Heredia tiene todo el derecho del mundo de pretender ser presidenta del Perú siempre y cuando no viole las reglas electorales vigentes. Tiene, además, libertad para ser la asesora del presidente, su confidente y su mejor consejera. Sin embargo, la población también tiene derecho a saber cuáles son sus aspiraciones, sus intenciones y a qué está jugando. La historia nos ha demostrado que los asesores en la sombra, que ostentan poder pero no son fiscalizables porque no asumen públicamente sus funciones, son nefastos para la democracia. Y, la verdad, poco importa si el poder detrás del trono tiene una calva grasienta o una sonrisa encantadora con dientes de ratón. Los peruanos tenemos que saber quién toma las decisiones sobre nuestra vida y futuro, quién es el sostén del presidente y quién teje y desteje los hilos del poder.
Patricia del Río





















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