"Tener muñeca" es tener la inteligencia, la habilidad y astucia necesarias para resolver situaciones difíciles. Seguro que esta frase está relacionada con la función de movimientos diversos que poseen las muñecas, de nuestras extremidades superiores.
El politólogo Alberto Vergara, en "Muñeca brava" un enjundioso artículo de El Comercio, considera que "una muñeca brava" es la que necesita PPK para que su gestión tenga buenos resultados. Aquí unos de los pérrafos más esclarecedores:
"La urgencia de PPK es mucho más construir la legitimidad que vincula al
presidente con los ciudadanos, que construir la gobernabilidad que
descansaría en la relación entre Ejecutivo y Legislativo.
Una tarea para PPK: ganar con obras el apoyo de las ciudades del norte. |
Kuczynski será presidente pero, por un rato, no puede dejar de ser
candidato. En las grandes ciudades del norte, PPK fue rechazado
contundentemente y las sureñas lo apoyaron con indisimulado desgano. Es
necesario que el presidente electo vaya pronto al norte a convencer a
esos ciudadanos de que será el presidente de todos los peruanos y que
dejará la piel en solucionar sus problemas, en especial el crimen. Y
debe peregrinar por las ciudades del sur, agradeciendo a pecho abierto,
pues sin ellas no habría tenido siquiera la posibilidad de ser
presidente. En un país sin mediaciones políticas, establecer la empatía
entre presidente y ciudadanos es largamente más necesario que una foto
con Alan García, Luis Bedoya o reunirse con Keiko Fujimori. El candidato
gris necesita convertirse en un presidente con respaldo propio."
"...la debilidad principal de PPK no está en el Congreso, como tantos
mencionan, sino en la sociedad. Si resuelve la segunda, aligera la
primera.
...hay un país que acaba de votar por PPK que reclama ser representado, respetado, y que es una potencial base para el gobierno.
A PPK y a su equipo debería quedarles claro que no han ganado porque
tuvieran mejores propuestas económicas, sino porque triunfó la
preocupación por el Estado de derecho, por las instituciones. Quienes lo
han respaldado son ciudadanos huérfanos de líderes, partidos, pero que
no se resignan a vivir en un país chacra.
Hay, entonces, una agenda institucionalista por explotar,
Desde reformar el Poder Judicial hasta respaldar la unión civil, pasando
por una sólida agenda anticorrupción, hay un abanico de iniciativas
que, sin poner en riesgo su marca de defensor del modelo económico, le
permitiría construir una agenda progresista, así como una base de apoyo
medianamente consistente.
En la campaña (PPK) entendió tardíamente que debía hacer política, es decir,
tomar la iniciativa, pelearse, no arrugar ante el “ruido político” que
horroriza a lo más fino de Lima. Ahora tiene que entenderlo como
presidente. Necesitará muñeca con la sociedad, muñeca en el Congreso,
muñeca en la calle, muñeca con su pasado. Vamos, una muñeca brava.
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