Así contundente y claro respondió José Mujica en su programa radial "Habla el presidente", a la posibilidad de vender su volswagen escarabajo: "Nunca podríamos venderlo, pues ofenderíamos a ese puñado de amigos
que se juntó para darnos ese regalo", y recordó a los oyentes que el automóvil fue un obsequio de amigos que
hicieron una colecta para comprarlo.
El
mandatario dijo sentir un especial cariño por ese automóvil. "Desde
siempre somos amigos de los fuscas (escarabajos)... ahora tenemos dos,
uno un poco desvencijado que está guardado en el galpón, que no anda, y
otro que usamos desde que soy presidente".
De esa manera Mujica puso punto final a los comentarios sobre la millonaria oferta del jeque que le ofreció un millón de dólares por el escarabajo y también la propuesta del embajador de
México en Uruguay quien le había sugerido subastar el viejo auto, símbolo de la austeridad personal que le ha dado fama en todo
el mundo. El embajador calculó que se podrían obtener diez camionetas
cuatro por cuatro a estrenar a cambio del Volkswagen color celeste.
"Hay amigos uruguayos que están por las redes clamando que el Fusca no se vaya del país –insistió Mujica–. No sé si algún día se va o no se va, pero mientras yo viva va a dormir en el galpón y de vez en cuando dará una vueltita por el barrio”.
El presidente que culmina ya su mandato en este noviembre sigue viviendo en su modesta chacra del barrio Rincón del Cerro, en las
afueras de Montevideo, y dona la mayor parte de su salario a un proyecto de gente de pocos recursos, llamado Plan
Juntos.
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