País donde las papas brotan sabiendo su misión.
Donde la lectura de los tomates es fácil.
Donde el maíz declama sus estrofas sin equívoco alguno.
Donde la quinua desde niña cumple la exigencias del destino.
Donde las chirimoyas todos las saben de memoria.
Donde a pintar naturalezas muertas enseñan las manzanas.
Donde el pacae toca el piano de corrido.
Donde el algodón es posible enfrentarlo sin énfasis.
Donde las lúcumas encienden fogatas de perfume.
Donde la chicha da su opinión a los ríos.
Donde el azúcar se paladea hasta en el saludo y la mirada.
Donde al mango se le succiona como a un lucero afrodisíaco.
De "Carta al Perú" de Alberto Hidalgo.
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