Había que pasar por la cruz para vivir la gloria. Después de la oscuridad, la luz. Luego de la tempestad, la calma. Pasado el sufrimiento, la paz.
El Sábado Santo es día de oración junto al cuerpo yacente de Jesús, esperando la resurrección. Debe ser momento para renovar nuestro compromiso bautismal: ser luz, al lado de Cristo, confiando en su promesa de un reino de justicia y paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario