Tu hijo o hija ha terminado la secundaria y no sabe qué carrera u ocupación seguir, ¿qué hacer?.
No cometas el error de presionarla, de apurarlo a decidir. Ten en cuenta que es normal que dude, recién está asentándose en el mundo, cuando ya le exigimos que tome una decisión de tanta importancia; y más aún deseamos que sea definitiva.
Leamos lo que León Trahtemberg, educador y especialista en estos temas, nos dice al respecto:
"Es natural que un adolescente tenga intereses fluctuantes, poca claridad respecto a su futuro y que sea voluble en sus elecciones. Lo único que tiene qué hacer es elegir por donde quiere iniciar sus estudios superiores, con cargo a rectificar o ratificar luego su primera elección, lo que ocurrirá varias veces a lo largo de su vida."
Esto es lo sabio, permitir que los jóvenes adolescentes se vayan encontrando, ubicándose en lo que realmente les gusta y donde pueden tener éxito. Habrá algunos que pronto lo sepan y lo decidan, pero no necesariamente ocurre igual con todos; así como no todos aprendimos a caminar a la misma edad, por ejemplo.
Más aún Trahtemberg señala que "uno de los errores de nuestro sistema universitario es exigir que los postulantes ingresen a una facultad precisa. En países más desarrollados, los estudiantes primero completan el bachillerato de 3 a 4 años. Recién cuando cuentan con la madurez y alguna experiencia de vida y trabajo eligen la especialidad, con lo que tienen mayores oportunidades de identificar y clarificar sus verdaderos intereses y motivaciones".
No cometas el error de presionarla, de apurarlo a decidir. Ten en cuenta que es normal que dude, recién está asentándose en el mundo, cuando ya le exigimos que tome una decisión de tanta importancia; y más aún deseamos que sea definitiva.
Leamos lo que León Trahtemberg, educador y especialista en estos temas, nos dice al respecto:
"Es natural que un adolescente tenga intereses fluctuantes, poca claridad respecto a su futuro y que sea voluble en sus elecciones. Lo único que tiene qué hacer es elegir por donde quiere iniciar sus estudios superiores, con cargo a rectificar o ratificar luego su primera elección, lo que ocurrirá varias veces a lo largo de su vida."
Esto es lo sabio, permitir que los jóvenes adolescentes se vayan encontrando, ubicándose en lo que realmente les gusta y donde pueden tener éxito. Habrá algunos que pronto lo sepan y lo decidan, pero no necesariamente ocurre igual con todos; así como no todos aprendimos a caminar a la misma edad, por ejemplo.
Más aún Trahtemberg señala que "uno de los errores de nuestro sistema universitario es exigir que los postulantes ingresen a una facultad precisa. En países más desarrollados, los estudiantes primero completan el bachillerato de 3 a 4 años. Recién cuando cuentan con la madurez y alguna experiencia de vida y trabajo eligen la especialidad, con lo que tienen mayores oportunidades de identificar y clarificar sus verdaderos intereses y motivaciones".
En el collage aparecen alumnas de la Promoción 2010 de nuestra I.E. ¡Les deseamos éxito en el nuevo camino que inician!
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