lunes, 17 de enero de 2011

Arguedas: Entre el fuego y el amor.


José María Arguedas, el autor de "Warma Kuyay". "Los ríos profundos" , "Todas las sangres", "El zorro de arriba y el zorro de abajo", tuvo una infancia signada por el sufrimiento y el dolor y con esas experiencias dolorosas no pudo luchar, por ello su trágico final.
Leamos lo que en su autobiografía nos cuenta:
"Voy a hacerles una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi madrastra. (Su madre falleció cuando él era pequeño y su padre se volvió a casar con una terrateniente).
Como a mí me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con ellos, en la cocina, comer y dormir allí.
Los indios y especialmente las indias vieron en mí exactamente como si fuera uno de ellos, con la diferencia de que, por ser blanco, acaso necesitaba más consuelo que ellos... y me lo dieron a manos llenas.
Pero algo de triste y de poderoso, al mismo tiempo, debe tener el consuelo que los que sufren dan a los que sufren más, y quedaron en mi naturaleza dos cosas muy sólidamente ,desde que aprendí a hablar: la ternura y el amor sin límites de los indios, el amor que se tienen entre ellos mismos y que le tienen a la naturaleza, a las montañas, a los ríos, a las aves; y el odio que tenían a quienes, casi inconscientemente, les hacían padecer. Mi niñez pasó quemada entre el fuego y el amor"


2 comentarios:

katy dijo...

¡Que lindo es leer, que lindo es aprender!. Por eso queridas amigas las invito a que lean y comneten sobre esta lectura ya que nos enseña a que no debemos despreciar a nadie ya que todos somos iguales; ya seamos indios, serranos, cholos, etc. Amigo y amiga siempre tendras que ayudar a las personas mas necesitadas, porque despues tu podrias ser una de esas personas necesitadas. Recuerda que si tu ayudas ellos te ayudarán.

Mabel Abad dijo...

Qué bueno que vayamos entendiendo el porqué decimos que la lectura cambia a las personas. En los relatos vemos la realidad, nos identificamos con algún personaje, asumimos nuestros defectos e interiormente nos prometemos no contribuir a que lo injusto y malo reine en nuestra sociedad.
Te felicito, Katy, por tu reflexión.