Cuando leas "Trilce" no quieras intrepretarlo línea a línea, perderás el tiempo. La poesía de "Trilce" sólo hay que sentirla porque en ella dejó el poeta su alma.
“El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo
toda la responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás,
siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación
sacratísima, de hombre y de artista: ¡la de ser libre! Si no he de ser
libre hoy, no lo seré jamás. Siento que gana el arco de mi frente su más
imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la forma más libre que puedo
y ésta es mi mayor cosecha artística. ¡Dios sabe hasta dónde es cierta y
verdadera mi libertad! ¡Dios sabe cuánto he sufrido para que el ritmo
no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué
bordes espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que
todo se vaya a morir a fondo para que mi pobre ánima viva!”. César
Vallejo
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