Haz, de esta casa, una morada de tu presencia,
un hogar cálido y dichoso.
Venga la tranquilidad a todos sus miembros,
la serenidad a nuestros nervios,
el control a nuestras lenguas, la salud a nuestros cuerpos.
Que los hijos sean y se sientan amados
y se alejen de ellos para siempre
la ingratitud y el egoísmo.
Inunda, señor, el corazón de los padres
de paciencia y comprensión,
y de una generosidad sin límites.
Extiende, señor Dios, un toldo de amor
para cobijar y refrescar, calentar y madurar
a todos los hijos de la casa.
Darnos el pan de cada día, y aleja de nuestra casa
el afán de exhibir, brillar y aparecer ;
líbranos de las vanidades mundanas
y de las ambiciones que inquietan y roban la paz.
Que la alegría brille en los ojos,
la confianza abra todas las puertas,
la dicha resplandezca como un sol;
sea la paz la reina de este hogar
y la unidad su sólido entramado.
Te lo pedimos a ti que fuiste un hijo feliz
en el hogar de Nazaret junto a María y José.
Amen
Tomada de EL MANUAL DE ORACIÓN "ENCUENTRO". POR: IGNACIO LARRAÑAGA.
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