Le debíamos esta nota. Hace tres meses murió Don Jorge Santiesteban de Noriega. Y los diarios dieron cuenta de la gran cantidad de gente y de la infinidad de flores en su velorio.
¿Quién fue Don Jorge Santiesteban de Noriega? "un
gran peruano, jurista, funcionario y político pero, principalmente, una persona
buena, inteligente y honesta" dijo Augusto Alvarez Rodrich.
Según los reportes periodísticos, llegó de Arequipa a Lima donde estudió Letras y Derecho en la Universidad Católica.
Fue Consultor internacional para las Naciones
Unidas, el BID y la UNESCO, además de ocupar cargos en el Instituto
Internacional del Ombudsman y en la Federación Iberoamericana de Ombusdman.
El Perú lo conoció cuando fue elegido como el primer Defensor del pueblo en
1996, época en el que tuvo que hacerle frente a la dictadura del expresidente
Alberto Fujimori, con un Congreso, una Corte Suprema y todo un aparato burocrático, que hostilizó su labor y le negó el presupuesto que su misión requería.
Desde la Defensoría del Pueblo promovió, difundió y defendió los derechos humanos del pueblo peruano, sin distición alguna, otorgándole a esta institución el prestigio que - gracias a Dios- hasta hoy mantiene.
Y lo hizo con la serenidad, el coraje que lo caracterizaron y con todas los valores y virtudes que le adornaron y que describe tan bien Alonso Cueto "Había
estudiado Derecho pero también había actuado en obras de teatro, había sido
Defensor del Pueblo, candidato a la presidencia de la República, abogado de las
causas justas y gran cultor de la música y el baile. Tenía una mezcla de
inteligencia, y sentido moral, sazonada con un sentido del humor irónico y
aplastante. Junto a su esposa Rosemary había formado una gran familia.
Poseía una
apertura vital al mundo, una inteligencia para recibir todas las ideas y a la
vez un compromiso con nuestro medio".
Y líneas más abajo, termina Alonso Cueto su hermoso artículo "Jorge Santiesteban: el arte y la vida" diciendo:
"El humor, la inteligencia y el sentido moral
pueden convivir cuando se trata de alguien como Jorge Santistevan.
Esa noche en
la Iglesia de Fátima, mirando las flores otra vez, pensé que se las merecía
todas."
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