La siguiente oración fue pronunciada por Gastón Acurio, durante el desayuno por el Día Mundial de la Oración, en el Swisshotel, hace tres años. La recordamos en este mes de la patria para que ayudes a difundir su mensaje de solidaridad y responsabilidad social.
"Señor
Estamos todos aquí esta mañana para que escuches nuestro ruego.
Pero esta vez Señor, no te pediremos por nuestro Perú. ¿Cómo hacerlo?
Cómo pedírtelo Señor, si a nuestro Perú, tú ya le diste todo. Porque si
hubo un lugar en el que tú decidiste poner todo lo que cualquier ser
humano soñaría tener para alcanzar la prosperidad para él y su comunidad,
ese fue el Perú. Porque aquí, reuniste, Señor, todas las riquezas, todas
las sangres, todos los climas, todas las oportunidades, para que un día,
este pedazo de la tierra, sea el más hermoso de los espacios para vivir.
Llenaste
sus montañas de oro, plata y minerales. Pusiste inmensos lagos de gas y
petróleo, bajo sus selvas, y sobre ellos, árboles, vegetación y
naturaleza infinita. Dibujaste ríos que cortan la cordillera, cargados de
energía, bajando a irradiar desiertos que luego se convertirán en
verdes valles. Y nos diste un mar de riqueza infinita, con todos los
peces posibles y toda la abundancia posible.
Hiciste que vinieran
todos los hombres y mujeres del mundo a instalarse en nuestra tierra,
trayendo consigo lo mejor de sus mundos bajo el brazo. Y vinieron gentes
de Europa, de Asia y de África. Todos a asimilarse y mimetizarse con
las antiguas culturas del Perú, formando un hermoso y envidiable crisol
de culturas único en el mundo. Y no contento con ello, nos diste 85 de
los 110 climas existentes en el mundo, casi como imaginando al Perú,
como una suerte de muestrario de todo lo bello que el mundo que tú
creaste, tiene para ofrecer..........
Señor todopoderoso, estamos aquí para decir y reconocer con humildad que
Tú no nos has fallado. Que esta tierra no nos ha fallado. Somos
nosotros los que hemos fallado.
Por eso, estamos esta mañana Señor, no
para pedirte por el Perú, sino para pedirte por nosotros. Por todos los
que estamos aquí reunidos y por todos aquellos que hoy, a diferencia de
una gran mayoría de compatriotas, sí tuvimos la suerte de disfrutarlo
todo y de vivirlo todo tal cual tú lo soñaste,
para que nos ilumines y nos haga reconocer y revelar de una vez por
todas y para siempre cuál es nuestro verdadero rol, en este Perú que tan
generosamente creaste.
Te pedimos que nos hagas comprender que si nos has dado tanto, en un
espacio en donde la mayoría tiene tan poco, es porque hay un mensaje y
una misión expresa tuya detrás, que es la de asumir nuestro rol como
líderes. Como hombres y mujeres elegidos para conducir a nuestro pueblo y
nuestro Perú hacia esa prosperidad que tú diseñaste y nos encargaste
hacer realidad.
Te pedimos Señor, que nos des la fuerza para
reconocernos como hombres y mujeres de paso en esta larga historia de la
humanidad, cuya misión es entregar nuestras vidas al servicio de las
generaciones futuras, y en ese sentido, que sepamos comprender que
habiéndolo recibido todo, ha llegado el momento de darlo todo.
Que finalmente ha llegado la hora que todos demos un paso atrás,
renunciando a nuestros sueños más individuales, nuestras aspiraciones
materiales más personales, y nos demos la mano para formar un solo
grito, una sola voz, un solo camino, que no es otro que el que tú
siempre soñaste y bendeciste para el Perú: el camino de la belleza
abrazada a la justicia, de la prosperidad iluminada por la equidad, del
amor tocándole la puerta a todos los hombres y mujeres que aquí habitan.
Señor, lo sabemos, la tarea no es fácil. Son tantos años en que hemos
fallado. Pero nunca es tarde y lo sabes. Aun estamos a tiempo, si es que
nos decidimos aquí y ahora todos, cada uno en nuestro campo de acción, a
cambiar nuestro destino común para siempre. Lo sabemos Señor, hemos
contaminado tus rios, hemos vaciado tus montañas, hemos talado tus
bosques, hemos despreciado nuestras diferencias. Y ello a nada nos ha
conducido. Lo sabemos. Nuestros niños en vez de jugar trabajan sin
descanso. Nuestros ancianos mueren olvidados en las puertas de viejos
hospitales. Nuestros hombres y mujeres no logran conciliar siquiera un
sueño digno al ver a sus familias sin un futuro posible. Nuestros
poderosos miran con indiferencia el mundo que los rodea.
Entonces
Señor, si todo eso lo sabemos, estamos todos aquí para reconocerlo
abiertamente y sobretodo para aceptar que al habernos dado todo, algo
mucho más grande esperas de nosotros.
Te pedimos Señor que nos des ese
último don que nos lleve a acabar para siempre con esta larga historia y
podamos empezar esa nueva historia que siempre quisiste para este
paraíso que creaste, llamado Perú.
Báñanos por última vez, de humildad
infinita, de generosidad, de solidaridad, de fortaleza de espíritu, de
capacidad de perdón, pero también de inteligencia y astucia para
enfrentar a todas las fuerzas del mal que se desplegarán en esta lucha
que nos convoca.
Señor te pedimos esta mañana por nosotros, los peruanos
que tú elegiste para esta última gran batalla, prometiéndote darlo todo
y entregarlo todo para que un díaa cuando ya no estemos, quienes aquí
habiten, puedan contarle a sus hijos y a sus nietos, que en el Perú se
vivieron momentos difíciles, pero que todo eso ya pasó. Que finalmente
llegó al Perú, ese mundo de belleza y justicia que Dios nos entregó y
que sus hijos se encargaron de hacerlo florecer.
Te lo pedimos Señor, de todo corazón "