miércoles, 20 de abril de 2016

Que no nos suceda lo que a Venezuela.

Mario Vargas Llosa ha publicado este último domingo un  artículo en "La República"  con el título de "Hora gris" en el que lúcidamente reflexiona sobre el momento electoral que vivimos.
Comienza señalando la diferencia entre los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta.
Para el escritor y analista internacional, Keiko Fujimori  es la "hija del dictador que cumple 25 años de cárcel por los crímenes y robos que cometió durante los 10 años en que gobernó el Perú." Ella representa  al  "fujimorismo que cuenta con grandes medios económicos (sólo unos 180 millones de dólares ha recuperado el Perú de los 6.000 millones que se robaron en aquellos años) y su propaganda ha empapelado literalmente el país, al mismo tiempo que los medios que controla han ido cimentando la ficción según la cual el encarcelado exdictador derrotó a Sendero Luminoso, envió a su líder, Abimael Guzmán, a la cárcel y sacó al país de la devoradora inflación que lo estaba deshaciendo. Puro mito.
Fujimori, refugiado en Japón, postula al Senado de ese país.
En verdad, la dictadura combatió el terror con el terror, asesinando, torturando y llenando las cárceles de inocentes, y la desenfrenada corrupción con la que se enriquecieron los dirigentes fujimoristas desprestigió al país y lo enconó hasta ponerlo al borde del abismo. Por eso se fugó Fujimori del Perú y —caso único en la historia— envió desde el extranjero su renuncia a la presidencia por fax."
De Pedro Pablo Kuczynski dice, MVLL, que su opción representa  "un reforzamiento de la línea democrática y del progreso institucional y económico que ha convertido al Perú en los últimos 15 años en uno de los países más atractivos para la inversión extranjera y que progresa más rápido en América Latina." Y señala claramente los mériros personales del candidato  "PPK es una persona de impecables credenciales políticas, que sólo ha servido a Gobiernos legítimos y, en todos los casos, con competencia y honradez.
"Pocos dirigentes políticos conocen mejor que él la problemática peruana, a la que ha estudiado con devoción, y pocos tienen ideas más prácticas y funcionales para enfrentar sus grandes carencias y necesidades. De otro lado, no hay dirigente político peruano que tenga más prestigio y sea más conocido que él en el ámbito internacional."
En otra parte de su artículo indica "la victoria de Pedro Pablo Kuczynski debería estar asegurada si primaran la sensatez y el buen juicio. Pero no siempre es así y, en América Latina sobre todo, lo que suele prevalecer en ciertos periodos electorales son la sinrazón y la pasión demagógica, como saben muy bien los amigos venezolanos que, hasta en cinco ocasiones, votaron por el “socialismo del siglo XXI” y ahora no tienen cómo librarse de esa semidictadura que los ha arruinado económicamente y los hace vivir en la asfixia y el miedo."
Claramente señala el riesgo que corremos de perder lo avanzado:
"desde la caída de la dictadura en el año 2000, el país ha tenido cuatro Gobiernos democráticos —uno de ellos de transición— de líneas políticas diferentes, que, pese a ello, coincidieron en respetar la legalidad democrática y una política económica de mercado y de aliento a la inversión que ha traído enormes beneficios. La extrema pobreza se ha reducido de manera dramática, han crecido las clases medias a un ritmo muy intenso, la inversión extranjera se ha mantenido a niveles elevados y, con todas las limitaciones que impone el subdesarrollo, el Perú ha ido progresando gracias a la libertad y a esos amplios consensos que, por primera vez, han caracterizado la vida política peruana en los últimos 15 años. Pero, una vez más, todo aquello se encuentra amenazado en este proceso electoral y corremos el terrible riesgo de volver a las andadas, que es lo que ocurriría si una mayoría electoral, presa del desvarío populista, lleva a Keiko Fujimori al poder".
En otro párrafo manifiesta:" es importante que haya una gran movilización popular de todas las fuerzas democráticas del espectro político, sin exclusión alguna, para derrotar al fujimorismo y llevar a la presidencia a Pedro Pablo Kuczynski. Y termina diciendo: "Sólo de nosotros depende que esta hora gris en la que estamos sumidos no sea el anuncio de una noche siniestra y anacrónica, sino un anticipo del amanecer, con su tibieza y su luz clara."

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