Pobres de nuestros hijos que han debido soportarnos, a nosotros y nuestras carencias, nosotros y nuestras frustraciones, nosotros y nuestros complejos, inseguridades y tormentos interiores.
Si aún no ha leído "La distancia que nos separa" de Renato Cisneros, hágalo. Es una muy buena novela donde Renato Cisneros reflexiona sobre la relación dolorosa con su padre.
Le ayudará a pensar sobre ese oscuro poder que tenemos los padres, sobre todo el padre, con la costumbre patriarcal de “forjar el carácter en
los varones”como señala Irene Fridman "intentando
masculinizar a sus hijos a través de actitudes
hostiles y violentas, de desafío", "padres omnipotentes" "representantes
máximos de la Ley del padre, la ley sin compasión,
sin amor. "
Aquí el recuerdo de la imagen paterna del entonces adolescente escritor en "La distancia que nos separa":
"Él podía defender su ideas ante cualquier auditorio, pero no me permitía exponer las mías ni discutir sus decisiones tajantes. Menospreciaba mis argumentosy me obligaba persistentemente a reconocerlo como autoridad máxima, desarrollando una rara ortodoxia de castigos ejemplares. Lo que más me confundía o enojaba o deprimía era ver y sentir que su implacable drasticidad estaba dirigida únicamente a mí, no a mis hermanos. A Valentina, su favorita, jamás la corrigió de aquel modo tosco, coercitivo y sicológico que por momentos rozaba la agresividad, y con Facundo el último, que nació cuando él ya tenía 56 años, mantuvo el trato cordial que un abuelo depara a sus niertos. Tampoco mi hermanos mayores, Melania, Estrella y Fermín, hijos de su primer matrimonio con Lucila Mendiola, pasaron por el cepo de su autoridad cuando fueron chicos. Aunque el caso de ellos es distinto.El padre que les tocó ( solo ) era un capitán del Ejército.............
Un Gaucho que no se parecía al Gaucho que yo tuve como padre: un hombre ya en sus cincuentas, cuajado, duro, difícil de penetrar. Un hombre sin ambages que no solo estaba en el pico de su carrera, sino que vivía convencido de llevar más pantalones que cualquiera y de representar un tipo específico de poder en un país que, para él, requería de gente como el suyo. No es lo mismo ser criado por un Teniente coronel que por un general de División . No es igual tener por padre a un oficial subordinado con justas aspiraciones profesionales que a un ministro de estado con claras ambiciones políticas. El padre de mis hermanos mayores no fue mi padre. Se llamaba igual solamente..." (pag 47-48)
Un Gaucho que no se parecía al Gaucho que yo tuve como padre: un hombre ya en sus cincuentas, cuajado, duro, difícil de penetrar. Un hombre sin ambages que no solo estaba en el pico de su carrera, sino que vivía convencido de llevar más pantalones que cualquiera y de representar un tipo específico de poder en un país que, para él, requería de gente como el suyo. No es lo mismo ser criado por un Teniente coronel que por un general de División . No es igual tener por padre a un oficial subordinado con justas aspiraciones profesionales que a un ministro de estado con claras ambiciones políticas. El padre de mis hermanos mayores no fue mi padre. Se llamaba igual solamente..." (pag 47-48)
No hay comentarios:
Publicar un comentario