La mariposa
traía para ti,
entre las manos, una mariposa.
Era roja, era azul,
era oriblanca,
era tan linda,
que al verla bajo el sol
esta mañana,
quise que la tuvieras / o al menos, la miraras.
Traía para ti, / lleno de contentura/
aquella mariposa/ que aleteaba en mis manos/ como un pajarito. Quería verte la cara/ cuando vieras saltar/ sobre tu falda / aquella mariposa.
Pero ya junto a tu casa/
vi otra mariposa/ sola, amarilla y verde/
parecía estar triste/ como un hombre sin novia
y pensé si sería la novia de la mía:
Y abriéndole mis manos
dejé que se escapara
la oriblanca, la azul,
la roja mariposa;
y las dos volaron
y juntas fueron a quererse
perdidas en el cielo.
De: Gastón Baquero
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