A propósito de estos días en que hemos celebrado el Día universal del niño y la niña, bueno es que nos enteremos y rechacemos a quienes "quieren comerse la comida de los niños pobres". Rosa María Palacios, siempre tan clara así lo dice en su columna Contracandela del Diario La República. Aquí algunos de los párrafos más saltantes:
"El Estado Peruano ha servido un plato de desayuno o almuerzo 420´000,000
de veces a niños de la escuela pública inicial y primaria de marzo a la
fecha... Esta hazaña, que no tiene precedente alguno en la historia peruana por sus dimensiones, se llama Qali Warma.
Sin embargo, si nos guiamos por la prensa de las últimas cuatro semanas
parecería que tal hazaña es una tragedia épica. Ya se habla de miles (y
a veces millones, como me dijo el Secretario General del Sutep) de
niños intoxicados gravemente, muriendo por la incompetencia del Estado.
¿Cuántos niños en total, sumando todas las indigestiones, tiene Qali Warma en lo que va del año? 400 indigestiones.
400 indigestiones en 420´000,000 de platos servidos. Menos de 1 en
1´000,000. No creo que el restaurante más caro de Lima pueda exhibir ese
estándar.
Qali Warma reparte el 30% de sus raciones en recetas ya preparadas y 70%
en canastas de productos no perecibles para la preparación de recetas
en zonas rurales.
El programa introduce dos cambios sustanciales. El
primero es la variedad de platos (antes el 50% de niños no consumía
porque estaba harto de recibir lo mismo todos los días) y el segundo, la
diversidad de proveedores que llegan a mas de 400. Clave es el trabajo
del Comité de Alimentación Escolar.
Como se puede ver, la magnitud de la obra abre el apetito a varios. De
un lado, proveedores relegados y de otro, políticos oportunistas. Con el
PRONAA se compraba centralizadamente a pocos proveedores para repartir
lo mismo sólo 90 días al año. Hoy los niños comen variado y por 160
días, pero los antiguos proveedores han perdido el negocio. Así como lo
han perdido otros que quisieron entrar y no pudieron. Esa es la madre de
todas las denuncias. Ese es el interés detrás.
A eso súmele que el programa es un éxito en el área rural (donde le va a
mejor a Humala en las encuestas) y tendrá políticos desesperados por
traérselo abajo y periodistas pagados encantados de mantener el titular
falso.
Alguien quiere comerse un bocado bien grande y tiene socios para
boicotear el programa y dejar a niños pobres, una vez más, sin comida.
¿Improbable? No lo creo. Con un gobierno que se defiende pésimo, sin
voceros competentes y sin liderazgo, lo más probable es que los niños
sean, al final, los únicos perdedores".
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