¿Dónde estás Boris?
Mi perrito Boris era muy gracioso. Era un perrito feliz, de orejas zambas y largas, tenía los ojos marrones, su pelo marrón claro y una colita corta.
Por mi casa siempre pasa un borrachito y Boris salía a ladrarlo, el hombrecito le decía palabras feas y Boris más lo ladraba.
Un día por la tarde, vino un señor a ver a mi papá, entonces Boris se salió porque así lo hacía cad vez que abríaamos la puerta. ËL salía hasta la esquina y regresaba pero ese día justo se encuentra con el borrachín, se asustó y se fue corriendo, sin rumbo.
Al ver que no regresaba, mi papá salió a buscarlo en la moto pero no lo encontró. Nunca más vólvió, eso fue en marzo pero yo hasta ahora lo espero.¡Te quiero muchíiiisimo Boris! ¿Dónde estás?
Por mi casa siempre pasa un borrachito y Boris salía a ladrarlo, el hombrecito le decía palabras feas y Boris más lo ladraba.
Un día por la tarde, vino un señor a ver a mi papá, entonces Boris se salió porque así lo hacía cad vez que abríaamos la puerta. ËL salía hasta la esquina y regresaba pero ese día justo se encuentra con el borrachín, se asustó y se fue corriendo, sin rumbo.
Al ver que no regresaba, mi papá salió a buscarlo en la moto pero no lo encontró. Nunca más vólvió, eso fue en marzo pero yo hasta ahora lo espero.¡Te quiero muchíiiisimo Boris! ¿Dónde estás?
Danela Masiel Maza Sandoval
Hoy llovió
¡LLueve! Esta mañana al levantarme escuché caer gotas de agua sobre el techo de mi casa.
Las calles del barrio amanecieron con charcos de agua y las plantas más verdecitas que nunca.
Llego al colegio y veo cómo la lluvia ha llenado las veredas de las aulas en sus partes más bajas.Los profesores caminan de puntillas, los techos gotean. Árboles y palmeras están como si les hubieran sacado lustre. Todo está húmedo y hay un ambiente de fiesta en los patios. Quisiera saltar con un amplio vestido sobre los charcos de agua y correr, correr hasta cansarme.
Las calles del barrio amanecieron con charcos de agua y las plantas más verdecitas que nunca.
Llego al colegio y veo cómo la lluvia ha llenado las veredas de las aulas en sus partes más bajas.Los profesores caminan de puntillas, los techos gotean. Árboles y palmeras están como si les hubieran sacado lustre. Todo está húmedo y hay un ambiente de fiesta en los patios. Quisiera saltar con un amplio vestido sobre los charcos de agua y correr, correr hasta cansarme.
Angélica María Quintana Reyes